El uso de amianto, también conocido como fibrocemento, fue muy popular en el sector de la construcción, especialmente en los años 60. Sin embargo, el paso del tiempo ha demostrado que se trata de un material muy peligroso que puede provocar grandes problemas de salud. Aunque el riesgo aumenta considerablemente al inhalar sus partículas, también supone una grave amenaza si se encuentra en el agua potable que bebemos. Descubre qué hacer si hay amianto en tuberías de agua de tu hogar.
Riesgos de las tuberías de fibrocemento
El amianto es el causante de muchos casos de cáncer de pulmón de personas que han respirado aire que contenía fibras de este material. Por lo que desde el año 2002 se consideró un tema de salud pública y se prohibió el uso de fibrocemento en cualquier elemento de construcción.
El problema es que en los años anteriores, muchas cubiertas, revestimientos, aislantes y tuberías habían sido instaladas en edificios de todo el país. De hecho, se estima que en el año 2012 teníamos 40.000 kilómetros de tuberías que contenían amianto.
En un principio si estos conductos se encuentran en buen estado pueden no suponer un gran riesgo para la salud. Sin embargo, en el momento en el que unos de estos conductos se rompe y libera fibras de amianto a la corriente de agua los riesgos aumentan exponencialmente. Ya que al ser ingerida por el ser humano pasa a su organismo o bien, al liberar este componente puede pasar a ser volátil y formar parte del ambiente.
¿Cómo sé si las tuberías de mi casa tienen fibras de amianto?
Es complicado saber sin tener indicios, si las redes de abastecimiento de una vivienda contienen fibrocemento o no. Lo cierto es que su uso estaba muy extendido gracias a sus propiedades impermeabilizantes y a una vida útil muy larga de los conductos con amianto, por lo que es muy habitual seguir encontrando redes de fontanería que tienen microcemento en todo tipo de viviendas .
Si quieres saber si es el caso de las tuberías de tu hogar puedes hacerlo de la siguiente manera:
- Solicita a un profesional una revisión de tuberías para que analice los conductos en busca de amianto.
- Fíjate en la fecha de construcción. En caso de que la instalación de fontanería sea posterior al año 2002 seguro no será de fibrocemento.
- Se puede tomar una muestra y mandarla a un laboratorio para hacer un estudio.
- Por último, en caso de que haya zonas de la instalación que se encuentren a la vista, es posible buscar la inscripción NT en los conductos. Estas siglas indican que el material está libre de amianto.
Pero, ¿qué ocurre si efectivamente se descubre que las tuberías son de amianto? La única opción es cambiar la instalación por una libre de este componente perjudicial para la salud.
Retirada de tuberías de amianto
Antes de nada tenemos que indicar que retirar cualquier elemento que contenga amianto es un riesgo en sí mismo, por lo que nunca puede hacerlo uno mismo. En este caso es imprescindible contar con un fontanero profesional, ya que de lo contrario podemos exponernos a la inhalación de estas peligrosas fibras.
Solo un experto puede manipular y retirar los conductos afectados para evitar que en este proceso se liberen partículas con amianto que puedan ser inhaladas por el ser humano o cualquier otro animal. Además de encargarse de la destrucción de estos elementos bajo las más estrictas medidas de seguridad y usando los elementos de protección adecuados. Una vez eliminados los componentes que tenían fibrocemento habrá que hacer una nueva instalación de abastecimiento de agua segura con materiales que cumplan con todos los requisitos necesarios para proteger la salud de las personas.