La caldera, además de ofrecerte calefacción en tu hogar, también es la responsable de que puedas ducharte con agua caliente. Por lo tanto, este equipo es el que calienta el agua para que vaya a los grifos o a los radiadores. Pero, ¿qué sucede si la caldera enciende pero no calienta el agua? ¿Qué debes hacer? A continuación te explicamos en detalle la solución.
¿Qué hacer si la caldera enciende pero no calienta el agua?
Lo principal es no alarmarte. Uno de los problemas más frecuentes en las calderas es algo tan simple como comprobar que no has cerrado bien la llave de paso del agua. También debes asegurarte de que el suministro de gas o de electricidad funcionan correctamente.
En esta revisión también debes comprobar los niveles de presión que, generalmente, deben estar entre los 1,2 y 1,5 bares y se puede aumentar abriendo la llave de llenado. Si hay algún fallo detectado por la propia caldera, es posible que te avise con una luz de alerta o que incluso aparezca algún código de error.
Problemas con el funcionamiento de la caldera que impiden el adecuado calentamiento del agua
Pero la falta de agua caliente en la caldera puede deberse a otros problemas. Por ejemplo, que se haya producido una avería en la válvula. Este problema es fácilmente reconocible si oyes un goteo constante en la parte inferior de la caldera. En estos casos, la pieza tiene que ser cambiada y reemplazada por un técnico profesional, normalmente un fontanero urgente, si no quieres pasar varios días sin agua caliente.
Este mismo profesional es el que puede detectar también si el error por el que no tienes agua caliente está en la bomba de recirculación de la calefacción, que puede bloquearse. En todos estos casos, es importante contar con un profesional de confianza que, además, pueda revisar y reparar en su totalidad la caldera a la mayor brevedad posible.
En el caso de que el problema sea de la temperatura o del sanitario, es probable que no se deba a una regulación inapropiada del caudal de agua, en cambio es posible que dicho problema este ocasionado por una avería de la caldera, siendo el más frecuente aquella que ocasiona que la caldera se encienda y apague de manera recurrente.
Si la caldera enciende, pero no calienta el agua porque se para repentinamente es probable que el inconveniente se encuentre en el intercambiador sanitario, la pieza por la circula el agua que es calentada y dirigida hacia las duchas y grifos de la vivienda. Este elemento es propenso a obstruirse y cualquier pequeño atasco ocasionará que el agua que sale de la ducha o el grifo no tenga la temperatura que necesitas. Para solucionar este problema basta con sustituir el intercambiador sanitario obstruido por uno nuevo.
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